viernes, 15 de enero de 2010

El Gobierno Mexicano Combate a la Pobreza Combatiendo a los Pobres.

El gobierno de Calderón nos ha subido los impuestos para este 2010, esto ha traído como consecuencias incluso desde antes de que se terminara el año anterior un alza de precios que afecto y nos sigue afectando directamente a los consumidores, especialmente a los que menos tenemos.
Sin duda es el proletariado, es decir, los mas jodidos, los que hemos tenido que pagar los platos rotos de los capitalistas nacionales y extranjeros, específicamente los mas ricos, los grandes acaparadores y empresarios monopolistas, quienes sin duda no han visto afectadas sus grandes fortunas, mientras que los de abajo hemos tenido que pagar una vez mas la cuenta de lo que no nos ha traído ningún beneficio, y que por el contrario cada día nos deja mas fregados económicamente.
Es mentira que la crisis nos ha afectado a todos por igual, son los Slim, los Azcarraga, los Salinas, los Zambrano, y una larga lista de nombres de buitres insaciables los que nos quieren hacer creer que sus grandes fortunas han sido igualmente afectadas, queriendo comparar sus abundantes riquezas con el mísero salario que gana el pobre trabajador, o su privilegiada condición con la angustiosa situación del desempleado. ¿Que acaso ellos sufren día tras día para llevar, no digamos ya lujos, sino lo más básico y primordial para su familia?
A todo esta situación le sumamos la brillante decisión del gobierno federal que encabeza Felipe Calderón, de combatir la pobreza subiendo los impuestos con las consecuencias ya mencionadas, lo cual fue respaldada por nuestros supuestos representantes los Diputados y Senadores, que con el fin de aminorar su “terrible” situación, cínicamente se otorgaron jugosos aguinaldos de algunos cientos de miles de pesos ante la mirada incrédula del humilde espectador.
Esta medida antipopular fue anunciada en medio de un campaña mediática orquestada desde los grandes monopolios televisivos (Televisa y TV Azteca), la cual pretendía convencernos de que la razón de cobrar nuevos impuestos era aminorar la pobreza de los mas de 60 millones y contando de mexicanos que vivimos en precarias condiciones. Incluso con el afán de justificar lo que es un verdadero robo para los que menos tienen, el gobierno nos ha dicho que en el pasado se había gastado mucho en el aparato gubernamental (funcionarios públicos) y que ahora si se utilizaría el dinero en subsanar la pobreza del país, por lo cual se redujo la burocracia desapareciendo algunas secretarias. Lo cierto es que los casi 10 mil despidos en el gobierno han sido cubiertos con 13 mil nuevas plazas y mas recursos para continuar con la militarización del país y la creación de un Estado Policíaco, que por lo demás se muestra siempre complaciente a los dictados, exigencias y necesidades de sus patrones y dueños, aquellos que tienen grandes cantidades de dinero invertidas en el país, especialmente los capitalistas norteamericanos.
Con la excusa de la guerra al narcotráfico, policías y militares han secuestrado nuestras calles adelantándose con ello a las consecuencias que puedan acarrear los descontentos sociales, ya que por todo México crecen las protestas, movilizaciones y reclamos surgidos por la voracidad y abusos de los ricos y los detentadores del poder.
Es claro que el gobierno teme que el pueblo se salga de su control y empiece a levantarse para hacer justicia y tomar lo que legítimamente le corresponde. Es obvio también que el golpe fascista a los trabajadores de Luz y Fuerza significo un ensayo en el camino de crear un gobierno autoritario que pueda contener la furia que se pueda desatar en las calles.
Ha llegado el tiempo en que nos demos cuenta de que el gobierno no ha sido la solución ni la será, mas bien siempre ha sido parte del problema, ya que tomando partido se han convertido en verdaderos perros guardianes y serviles de los grandes propietarios, los verdaderos dueños del país.
Resulta contradictorio que aquellos que mas temen a una Revolución sean los mismos que la provocan con su hambre de riquezas. También resulta una paradoja que a 200 años de una guerra de independencia jamás consumada y a 100 de una revolución interrumpida nos encontremos al borde de un nuevo estallido social y una nueva oportunidad para hacernos justicia, nosotros los millones de mexicanos hijos del pueblo que aun anhelamos ser dueños de la tierra que pisamos. Unidos venceremos.