La tormenta que si se quiere puede parecer lejana, aunque solo en el espacio, avisa en el horizonte la espesura de negros nubarrones que anuncian la terrible tempestad que se aproxima y que nublan nuestro camino.
La magnifica movilización de fuerzas federales y el espectáculo mediático que le acompaña dejan entrever que el gobierno facistoide de Felipe Calderón no vacilará en manipular la opinión publica en busca de legitimar la militarización, el nuevo estado policíaco y la consolidación de la utopía pos modernista, el neoliberalismo.
El nuevo paradigma del dominio estatal y capitalista exigen una guerra perpetua, y con el combate a la pobreza nuestro gobierno ultra reaccionario intenta barajar uno de los muchos naipes con los que cuenta. Hoy el gobierno ha decidido quitar al pueblo trabajador múltiples impuestos, arreglar las jubilaciones y por doquier el salario a perdido su valor real, además la jornadas de explotación se intensifican, al mismo tiempo que el desempleo se vuelve una condición de nuestra miseria cotidiana. Con esto, el contubernio Estado/Capital pretende que sean los trabajadores del mundo entero los que paguen la crisis económica que ellos han causado y las nuevas relaciones laborales que plantea la reestructuración económica neoliberal supone que el trabajador se encuentre aislado frente a la voracidad de la patronal.
Con la ocupación de Luz y Fuerza y la desaparición dicha entidad paraestatal, el gobierno efectuó uno de los pasos consecuentes para reducir la participación del estado en la actividad económica. Con la rápida acción del gobierno quedo claro que este era un viejo proyecto de la burguesía en su camino de apoderarse de una parte del sector energético que tantas ganancias reporta para el país.
El gran capital por medio del gobierno, quieren hacernos creer con su moral e ideología que los trabajadores de Luz y Fuerza y su Sindicato (SME) mantenían a la empresa en un estado de quiebra por las conquistas que habían obtenido, la verdad es que el gobierno a través de sus medios masivos de comunicación pretenden dividirnos para hacer mas efectiva la desposesión que por resultado les representa una mayor acumulación de la riqueza.
Sin embargo, esto resulta contradictorio si asumimos que la administración no se encontraba a cargo de los trabajadores y que también existen otros sindicatos mucho más inflados que viven del presupuesto y que además estos recursos son drenados para el mantenimiento de las costosas burocracias sindicales. La mayoría de los sindicatos en México, alineados a las grandes estructuras charras han funcionado como mediadores, como una institución más de la democracia burguesa olvidando así el papel organizativo del proletariado en busca de su emancipación.
Incluso el combativo Sindicato Mexicano de Electricistas y sus cúpulas participaron en su momento en las prebendas del poder, hecho que concluyo al mostrarse como una piedra en el camino que estorbaba para alcanzar la deseada privatización de la industria eléctrica.
Hoy en que se agudizan las contradicciones entre las clases sociales, los trabajadores aglutinados en el SME deben comprender que la clase trabajadora esta mas allá de las fronteras de su organización. Que las timoratas conquistas socialdemócratas de ayer que fueron gestionadas con el gobierno, hoy no son suficientes para alcanzar su emancipación y la del pueblo trabajador.
Las consignas que llaman "a defender la empresa pública y la economía nacional" es la voz de los políticos demagogos que se encuentran sentados a la izquierda del capital. Los legalismos y parcialidades de la burocracia sindical del SME solo alimentan el espectáculo mediático y posponen la acción del proletariado como clase, alargando así la penosa esclavitud en la que se encuentran sus propios agremiados, actuando asi bajo la misma moral e ideologia burguesa.
Aquellos que llaman a la colaboración con la burguesía y sus partidos políticos para triunfar no pueden ser más que traidores a la causa real del trabajo. Solo
El fascismo en pleno ascenso requiere de la unidad revolucionaria del proletariado y toda conciliación con la burguesía hasta la supuestamente nacionalista y democrática representa un paso atrás en nuestra difícil empresa.
Hoy la única forma de solidarizarnos con los trabajadores de Luz y Fuerza agremiados en el SME es luchar permanentemente y sin compromisos interclasistas con las estructuras del Estado/Capital. Por eso decimos:
¡Contra
¡Contra el Fascismo Panista y los Partidos Democrático-Burgueses!
¡Por
¡Hacia
¡Ni un Paso Atrás!
Grupo Anarquista 29 de Enero.
Noviembre 2009.
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